martes, 7 de diciembre de 2010

Ver sin ser vistos

      Vivimos en un era de revoluciones, no en la magnitud de las de antes, la industrial, la francesa, etc., sino más pasivas pero a la vez agitadoras. Vivimos en una era de cambios constantes, de formulaciones y de reformulaciones infinitas que van desde las  estructuras sociales a las que refieren a las tecnologías, aquellas, que nos quieren hacer creer y hasta algunos se la creen, prometen un mejor estado de seguridad social.
Ahora bien, me pregunto ¿será posible que un mero aparato tecnológico nos pueda proteger contra los que atentan a nuestra integridad física? Analicemos:
La necesidad de estar seguros es constante, de eso no hay dudas. Las noticias cada vez más están repletas de noticias que afectan a la seguridad del individuo y que nos hacen entrar en una situación de pánico que nada lo controla.
Los sistemas que prevén, o que deberían prever el cuidado de la sociedad, y en particular del individuo, parecen haber entrado en crisis. Ya nada es seguro, ya nada te acredita protección, ya nada sirve.
Es que también los sitios de reclutamiento o reformatorios de conducta, entiéndase a la prisión,  no dan la necesaria educación a sus súbditos como para derivar en un cambio actitudinal y en consecuencia esto tenga relación con una mayor seguridad en las calles, o sea que los que cometen ilícitos y luego son llevados a una prisión reciban adecuadamente un “cambio de hábito” y que luego al salir a la libertad tan ansiada por cualquier persona jurídica mantengan un orden en la vía pública.
Y aquí entra en escena…una aparente e ilusoria solución aflora en la esfera político-social de esta ciudad capitalina: la implementación de cámaras de seguridad en la vía pública para de esta forma lograr un mayor control de lo que sucede en las calles. El proyecto surge de una iniciativa de hace dos años atrás por parte de la Fundación Padres Unidos, a fin de evitar hechos de violencia entre jóvenes en la vía pública, y fue aprobado hace más de un mes en el Consejo Deliberante. El proyecto, que hoy ya es cuestión de instalar las cámaras, principalmente dentro del microcentro posadeño y en algunas zonas periféricas y estratégicas de la ciudad.
La idea es “garantizar la seguridad a través de un mayor control”. Al haber cámaras de seguridad en distintos puntos nos va a permitir tener una sensación de seguridad, de que nada nos va a pasar porque existen las cámaras que todo lo registran. Va a permitir que haya una disminución en los actos vandálicos o ilícitos en la vía pública, también ayudará a resolver casos judiciales gracias a las grabaciones, es el argumento oficial.
Esta ordenanza municipal si la comparamos con el panóptico de Bentham, citado en el libro de Michel Foucault Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión es un método similar de poder. “El panóptico es una construcción que en la periferia tiene forma de anillo y en el centro una torre, ésta, con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo, que esta dividida en celdas. Este dispositivo permite ver sin cesar y reconocer al punto” (pág.203). Aquí el poder, el de vigilar, es inverificable. El observado ve la torre y sabe que puede ser observado pero no sabe si en ese momento se lo está mirando; está en una incertidumbre constante. “El panóptico es una máquina de disociar la pareja ver-ser visto: en el anillo periférico, se es totalmente visto, si ver jamás; en la torre central, se ve todo, sin ser jamás visto (...) hay una maquinaria que garantiza la asimetría, el desequilibrio, la diferencia (...) cuanto más numerosos son esos observadores anónimos y pasajeros, más aumentan para el detenido el peligro de ser sorprendido y la conciencia inquieta de ser observado”(pág. 205).
Si esto lo trasladamos al ámbito público de Posadas la semejanza de ambos modelos se deja develar a simple vista. El que está detrás de las cámaras de seguridad puede tener acceso a todo lo que ocurre en la ciudad dentro de lo que el ángulo de visión de la cámara lo permite; en cambio el ciudadano que transita por la vía pública no puede ver lo que se ve, no sabe quién ni cuándo lo están mirando. Aquí se produce ya una asimetría, el primer haz de poder que se ejerce de los unos a los otros, y que hace crecer la buena conducta mientras se está a la vista del observador, del ojo que todo lo ve, que te sigue a todas partes, del ojo del Gran Hermano de George Orwell que lo crea en su novela 1984 cuando describe la situación social y política que se vivía en Inglaterra y que todos todo el tiempo son vigilados por el Gran Hermano, que a su vez éste suple a todo personaje político: él es el comandante en jefe, el guardián de la sociedad, el dios pagano y el juez supremo. Él es la encarnación de los ideales del Partido, el Partido ubicuo, único y todopoderoso que vigila sin descanso todas las actividades cotidianas de la población, al punto que inclusive en las calles y casas hay dispositivos de vigilancia para conocer todos los actos de cada individuo.
Foucault agrega que “el dispositivo panóptico no es simplemente un punto de unión, un cambiador entre un mecanismo de poder y una función; es una manera de hacer funcionar unas relaciones de poder en una función, y una función por esas relaciones de poder. El panoptismo es capaz de reformar la moral, preservar la salud, revigorizar la industria, difundir la instrucción, aliviar las cargas públicas, establece la economía como sobre una roca” (pág. 210).
La realidad es tal cual la describe Foucault mediante el panóptico. Las cámaras de seguridad son un dispositivo de control que se usan en función de ciertos intereses. O sino ¿Por qué una zona sí y otra no? ¿Qué nos asegura que la delincuencia disminuya en la vía pública? ¿Estamos depositando la solución a la inseguridad en unos aparatos tecnológicos?
Esta idea de mayor visibilidad no garantiza nada, el poder cree que se puede ver todo cuando en realidad son conscientes de que eso no es posible, pero el poder todo lo hace creer y los medios de comunicación son sus ayudantes al tecnologizar el espacio público reconfigurándolo y deformándolo con lo que pasa en las calles. Pero la creencia de la visibilidad total y de una transparencia social es solo un mito, una creencia, una ilusión que esta muy lejos de ser concebida.
    Por otro lado, qué garantía de seguridad nos puede dar una simple cámara de seguridad cuando tenemos un sistema de justicia que no siempre realiza justicia teniendo todas las pruebas, dejando muchos casos sin resolver. Además se deja de lado a, prácticamente toda la ciudad descuidada, ya que las cámaras solo estarán en el centro y en algunos puntos estratégicos.
   Pero más allá de que algo resuelvan estos artefactos, ¿conocemos todos los ciudadanos quiénes realmente controlarán lo que se ve, para qué se ve, desde que óptica, concepción o prejuicios hacia ciertos sectores sociales que se encuentran entremezclados en el centro de la ciudad?
Son cuestiones que no deberían dejar de estar en la esfera social para su oportuno debate dentro de la ciudadanía: ¿Por qué cualquiera no tiene acceso a la información? Esta es la cuestión principal del poder: el derecho a ser aceptado o rechazado, de acceder a ciertas informaciones o no, de controlar a ciertos sectores sin ser controlados, de ver lo que pasa en la calle pero que no te vean a vos.
Para finalizar este ensayo es menester hacerse algunos cuestionamientos básicos. Cuando uno sale de la visión de esas cámaras ¿qué sucede? ¿continúa mi seguridad o ya estoy exenta de la misma, estando a la deriva de ser víctima de cualquier ilícito? ¿garantiza una mejor conducta social a partir de la instalación de las mismas? Quizás mientras crea ser vista seré mejor persona por una cuestión de obligación mas que por principio, y cuando sepa que ya no me están viendo o ya no pueden verme sin que yo los vea, seré la misma, ¿ayudará realmente a cambiar hábitos dentro de la sociedad esta cuestión de ser vigilados por no se quién, y mas allá de las cámaras de seguridad?
Por otro lado es crucial analizar si se justifica la gran inversión de dinero en este sistema de televigilancia cuando hay tantas cuestiones que deberían ser atendidas por parte del Estado y sin embargo son dejadas de lado como por ejemplo la salud, el trabajo, entre otros. Quizás a un buen sector de la sociedad no les interese el tema de la inseguridad en las calles y si tener algo para dar de comer a su familia.
Ante nuevas medidas siempre es imprescindible pensar y repensar cuestiones como éstas y si son o no pertinentes de ser llevadas a cabo. Es eso consiste el no ser autómatas, moldeados por el sistema y sin la capacidad de poder pensar por sí mismos, sino todo lo contrario, analizar la realidad, debatir y tratar de influir en ella para que de esta forma si podamos tener una mejor sociedad.


Por Mirian Leon



sábado, 4 de diciembre de 2010

A un click de posesionarte del lado del control o del lado de la libertad.


Tomando como referencia al autor George Orwell, en su libro 1984 nos hace una descripción de la vida bajo la guardia constante del “Gran Hermano”, en ella demuestra la vigilancia cruel de este Superestado que ha llegado a apoderarse de la vida y la conciencia de sus súbditos, interviniendo incluso y sobre todo en las esferas más íntimas de los sentimientos humanos. Todo está controlado por la sombría y omnipresente figura del Gran Hermano, el jefe que todo lo ve, todo lo escucha y todo lo dispone.
Se pueden observar diferentes mecanismos de control y vigilancia que tanto en aquel momento nos mostraba el visionario Orwell, así como las que rigen actualmente, que van desde lo macro a lo micro, las pantalla ubicadas en la vía pública, bares y hasta en habitaciones de descanso. También los tanques de guerra que circulaban a toda hora por las calles y los helicópteros que se acercaban a las ventanas de las casas, sólo por describir algunos métodos de vigilancia.
Al hacer un análisis, se puede detectar un paralelismo entre la sociedad actual y la novela de 1984, porque las sociedades u organizaciones actuales reproducen actitudes totalitarias, represoras y de vigilancia como las representadas en la novela. Un ejemplo claro de observación en la ciudad son las cámaras de seguridad ubicadas en diferentes lugares, ya no sólo bastaba con incorporar cámaras en los lugares de trabajo, escuelas, facultades, sino que ahora ya se encuentran en los “espacios públicos” de Posadas.
En términos de Vicente Verdú nos plantea los avances técnicos, unidos a otros avances de la actual tecnología, nos arrastra a una sociedad donde, nadie tenga la posibilidad de ocultarse” el autor denominó la “sociedad transparente”.

No solamente es una realidad que en la actual sociedad los avances técnicos lleven a controlar y obtener abundante información de cada persona al instante y con un sólo click, sino que, en contraposición a esa realidad, también el exceso indiscriminado de información se traduce en caótica desinformación, y en un encubierto adoctrinamiento de masas desintegrándose de esta manera la libertad de expresión. A esto se le suman los lugares de encierro de la sociedad, Foucault afirma que el individuo no deja de pasar de un espacio cerrado a otro y que proceden a la organización de los grandes espacios de encierro como  la escuela, la fábrica, el hospital, etc. En las sociedades de control, lo esencial es una contraseña, mientras que las sociedades disciplinarias son reglamentadas por consignas. A su vez, las sociedades de control operan sobre máquinas informáticas y gracias al capitalismo como concentración para la producción, y de propiedad instituye la fábrica en lugar de encierro, y el capitalista el dueño de los medios de producción. Se crean entonces instituciones supranacionales vacías de contenido democrático.

En sí parece ser que tanto el crecimiento de las sociedades antes libres y ahora oprimidas por el control, como las nuevas tecnologías, fueron creadas y manipuladas en la actualidad para vigilar y tener dominada a la gente,  alienando de esta manera al hombre que pasa de ser sujeto a objeto y que vive (vivimos) bajo una utopía de libertad. Pero no hay que desesperarse... también el uso y manejo adecuado de la tecnología sirve para colaborar con el hombre en su beneficio y expansión tecnológica sin necesidad de dañar la vida. Es el caso de Misiones Software Libre(Mi.So.L) movimiento informático que comenzó a gestarse hace aproximadamente 7 años, integrada por aficionados residentes sólo de la Provincia de Misiones en un primer momento, quienes se reunían con frecuencia vía on line a compartir diversos conocimientos y distintas tecnologías. Más adelante se amplió la red que fue diversificándose en todo el mundo. Actualmente esta red cuenta con más de 700 miembros activos distribuidos en diferentes puntos del globo.
Dicho movimiento llevó articular las ideas de Richard Stallman (creador del movimiento de software libre en el mundo), y adaptarlas a la realidad misionera con lo que respecta a la  utilización y manejo de la tecnología y cómo se priva y monopoliza el conocimiento por las diferentes corporaciones a través del beneficio de la ley de copyright (derecho de copia).
Esta ley se afianzó con el desarrollo del software, mezclando el derecho de autor con el derecho de copia sin marcar la diferencia. A su vez los grupos monopólicos como Microsoft y Apple buscan que los usuarios sean meramente clientes consumidores.
Misiones Software Libre también comienza aplicar en la provincia el nuevo tipo de patente denominado copyleft (izquierdo de copia), tiene como principal objetivo compartir, distribuir mejorar el software sin necesidad de aceptar normas de registro, tal como comenzaron hacer varios años atrás sus precursores. Permitiendo al usuario la libertad para usar un programa disponible para uso comercial, desarrollo comercial y distribución comercial.
Sin embargo existen ciertos tipos de reglas sobre la manera de distribuir software libre, mientras no entren en conflicto con las libertades centrales del  copyleft. Esto es tanto a nivel internacional, como nacional y provincial.

El proyecto a futuro de Mi.So.L tiene como principal objetivo tener una Personaría Jurídica, ya que aún se manejan vía on line trabajando y creando diferentes software, por lo cual buscan estar respaldados legalmente.

Es así como podemos reflexionar acerca de la utilización de la tecnología a través de diferentes ejemplos, se muestra la dualidad que posee ese uso de la tecnología, y su maleable adaptación tanto a formas creativas de aplicación como el caso del software libre, como así también formas opresivas como las cámaras de seguridad o los ejemplos de la novela. Por tanto, socialmente no estamos afuera de sufrir algún tipo de control ya sea en los lugares de encierro o fuera de ellos…pero lo importante es reflexionar acerca de la posición en la que me voy a ubicar cada vez que hago uso de la dócil tecnología en esta sociedad globalizada a la cual no podemos escapar. Estás a un click de posesionarte del lado del control o del lado de la libertad.

Ojeda Diana Francisca.

Bonus:
ü      Entrevista a Richard Stallman en Buenos Aires (creador del Software Libre). http://www.youtube.com/watch?v=Mc7-9_-KxNI

Bibliografía:
ü      George Orwell: “1984”.
ü      Michel Foucault : “ Vigilar y Castigar”
ü      Gilles Deleuze: “Posdata sobre la Sociedad de Control”.
ü      Vicente Verdú: “La Sociedad Transparente”.