martes, 7 de diciembre de 2010

Ver sin ser vistos

      Vivimos en un era de revoluciones, no en la magnitud de las de antes, la industrial, la francesa, etc., sino más pasivas pero a la vez agitadoras. Vivimos en una era de cambios constantes, de formulaciones y de reformulaciones infinitas que van desde las  estructuras sociales a las que refieren a las tecnologías, aquellas, que nos quieren hacer creer y hasta algunos se la creen, prometen un mejor estado de seguridad social.
Ahora bien, me pregunto ¿será posible que un mero aparato tecnológico nos pueda proteger contra los que atentan a nuestra integridad física? Analicemos:
La necesidad de estar seguros es constante, de eso no hay dudas. Las noticias cada vez más están repletas de noticias que afectan a la seguridad del individuo y que nos hacen entrar en una situación de pánico que nada lo controla.
Los sistemas que prevén, o que deberían prever el cuidado de la sociedad, y en particular del individuo, parecen haber entrado en crisis. Ya nada es seguro, ya nada te acredita protección, ya nada sirve.
Es que también los sitios de reclutamiento o reformatorios de conducta, entiéndase a la prisión,  no dan la necesaria educación a sus súbditos como para derivar en un cambio actitudinal y en consecuencia esto tenga relación con una mayor seguridad en las calles, o sea que los que cometen ilícitos y luego son llevados a una prisión reciban adecuadamente un “cambio de hábito” y que luego al salir a la libertad tan ansiada por cualquier persona jurídica mantengan un orden en la vía pública.
Y aquí entra en escena…una aparente e ilusoria solución aflora en la esfera político-social de esta ciudad capitalina: la implementación de cámaras de seguridad en la vía pública para de esta forma lograr un mayor control de lo que sucede en las calles. El proyecto surge de una iniciativa de hace dos años atrás por parte de la Fundación Padres Unidos, a fin de evitar hechos de violencia entre jóvenes en la vía pública, y fue aprobado hace más de un mes en el Consejo Deliberante. El proyecto, que hoy ya es cuestión de instalar las cámaras, principalmente dentro del microcentro posadeño y en algunas zonas periféricas y estratégicas de la ciudad.
La idea es “garantizar la seguridad a través de un mayor control”. Al haber cámaras de seguridad en distintos puntos nos va a permitir tener una sensación de seguridad, de que nada nos va a pasar porque existen las cámaras que todo lo registran. Va a permitir que haya una disminución en los actos vandálicos o ilícitos en la vía pública, también ayudará a resolver casos judiciales gracias a las grabaciones, es el argumento oficial.
Esta ordenanza municipal si la comparamos con el panóptico de Bentham, citado en el libro de Michel Foucault Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión es un método similar de poder. “El panóptico es una construcción que en la periferia tiene forma de anillo y en el centro una torre, ésta, con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo, que esta dividida en celdas. Este dispositivo permite ver sin cesar y reconocer al punto” (pág.203). Aquí el poder, el de vigilar, es inverificable. El observado ve la torre y sabe que puede ser observado pero no sabe si en ese momento se lo está mirando; está en una incertidumbre constante. “El panóptico es una máquina de disociar la pareja ver-ser visto: en el anillo periférico, se es totalmente visto, si ver jamás; en la torre central, se ve todo, sin ser jamás visto (...) hay una maquinaria que garantiza la asimetría, el desequilibrio, la diferencia (...) cuanto más numerosos son esos observadores anónimos y pasajeros, más aumentan para el detenido el peligro de ser sorprendido y la conciencia inquieta de ser observado”(pág. 205).
Si esto lo trasladamos al ámbito público de Posadas la semejanza de ambos modelos se deja develar a simple vista. El que está detrás de las cámaras de seguridad puede tener acceso a todo lo que ocurre en la ciudad dentro de lo que el ángulo de visión de la cámara lo permite; en cambio el ciudadano que transita por la vía pública no puede ver lo que se ve, no sabe quién ni cuándo lo están mirando. Aquí se produce ya una asimetría, el primer haz de poder que se ejerce de los unos a los otros, y que hace crecer la buena conducta mientras se está a la vista del observador, del ojo que todo lo ve, que te sigue a todas partes, del ojo del Gran Hermano de George Orwell que lo crea en su novela 1984 cuando describe la situación social y política que se vivía en Inglaterra y que todos todo el tiempo son vigilados por el Gran Hermano, que a su vez éste suple a todo personaje político: él es el comandante en jefe, el guardián de la sociedad, el dios pagano y el juez supremo. Él es la encarnación de los ideales del Partido, el Partido ubicuo, único y todopoderoso que vigila sin descanso todas las actividades cotidianas de la población, al punto que inclusive en las calles y casas hay dispositivos de vigilancia para conocer todos los actos de cada individuo.
Foucault agrega que “el dispositivo panóptico no es simplemente un punto de unión, un cambiador entre un mecanismo de poder y una función; es una manera de hacer funcionar unas relaciones de poder en una función, y una función por esas relaciones de poder. El panoptismo es capaz de reformar la moral, preservar la salud, revigorizar la industria, difundir la instrucción, aliviar las cargas públicas, establece la economía como sobre una roca” (pág. 210).
La realidad es tal cual la describe Foucault mediante el panóptico. Las cámaras de seguridad son un dispositivo de control que se usan en función de ciertos intereses. O sino ¿Por qué una zona sí y otra no? ¿Qué nos asegura que la delincuencia disminuya en la vía pública? ¿Estamos depositando la solución a la inseguridad en unos aparatos tecnológicos?
Esta idea de mayor visibilidad no garantiza nada, el poder cree que se puede ver todo cuando en realidad son conscientes de que eso no es posible, pero el poder todo lo hace creer y los medios de comunicación son sus ayudantes al tecnologizar el espacio público reconfigurándolo y deformándolo con lo que pasa en las calles. Pero la creencia de la visibilidad total y de una transparencia social es solo un mito, una creencia, una ilusión que esta muy lejos de ser concebida.
    Por otro lado, qué garantía de seguridad nos puede dar una simple cámara de seguridad cuando tenemos un sistema de justicia que no siempre realiza justicia teniendo todas las pruebas, dejando muchos casos sin resolver. Además se deja de lado a, prácticamente toda la ciudad descuidada, ya que las cámaras solo estarán en el centro y en algunos puntos estratégicos.
   Pero más allá de que algo resuelvan estos artefactos, ¿conocemos todos los ciudadanos quiénes realmente controlarán lo que se ve, para qué se ve, desde que óptica, concepción o prejuicios hacia ciertos sectores sociales que se encuentran entremezclados en el centro de la ciudad?
Son cuestiones que no deberían dejar de estar en la esfera social para su oportuno debate dentro de la ciudadanía: ¿Por qué cualquiera no tiene acceso a la información? Esta es la cuestión principal del poder: el derecho a ser aceptado o rechazado, de acceder a ciertas informaciones o no, de controlar a ciertos sectores sin ser controlados, de ver lo que pasa en la calle pero que no te vean a vos.
Para finalizar este ensayo es menester hacerse algunos cuestionamientos básicos. Cuando uno sale de la visión de esas cámaras ¿qué sucede? ¿continúa mi seguridad o ya estoy exenta de la misma, estando a la deriva de ser víctima de cualquier ilícito? ¿garantiza una mejor conducta social a partir de la instalación de las mismas? Quizás mientras crea ser vista seré mejor persona por una cuestión de obligación mas que por principio, y cuando sepa que ya no me están viendo o ya no pueden verme sin que yo los vea, seré la misma, ¿ayudará realmente a cambiar hábitos dentro de la sociedad esta cuestión de ser vigilados por no se quién, y mas allá de las cámaras de seguridad?
Por otro lado es crucial analizar si se justifica la gran inversión de dinero en este sistema de televigilancia cuando hay tantas cuestiones que deberían ser atendidas por parte del Estado y sin embargo son dejadas de lado como por ejemplo la salud, el trabajo, entre otros. Quizás a un buen sector de la sociedad no les interese el tema de la inseguridad en las calles y si tener algo para dar de comer a su familia.
Ante nuevas medidas siempre es imprescindible pensar y repensar cuestiones como éstas y si son o no pertinentes de ser llevadas a cabo. Es eso consiste el no ser autómatas, moldeados por el sistema y sin la capacidad de poder pensar por sí mismos, sino todo lo contrario, analizar la realidad, debatir y tratar de influir en ella para que de esta forma si podamos tener una mejor sociedad.


Por Mirian Leon



sábado, 4 de diciembre de 2010

A un click de posesionarte del lado del control o del lado de la libertad.


Tomando como referencia al autor George Orwell, en su libro 1984 nos hace una descripción de la vida bajo la guardia constante del “Gran Hermano”, en ella demuestra la vigilancia cruel de este Superestado que ha llegado a apoderarse de la vida y la conciencia de sus súbditos, interviniendo incluso y sobre todo en las esferas más íntimas de los sentimientos humanos. Todo está controlado por la sombría y omnipresente figura del Gran Hermano, el jefe que todo lo ve, todo lo escucha y todo lo dispone.
Se pueden observar diferentes mecanismos de control y vigilancia que tanto en aquel momento nos mostraba el visionario Orwell, así como las que rigen actualmente, que van desde lo macro a lo micro, las pantalla ubicadas en la vía pública, bares y hasta en habitaciones de descanso. También los tanques de guerra que circulaban a toda hora por las calles y los helicópteros que se acercaban a las ventanas de las casas, sólo por describir algunos métodos de vigilancia.
Al hacer un análisis, se puede detectar un paralelismo entre la sociedad actual y la novela de 1984, porque las sociedades u organizaciones actuales reproducen actitudes totalitarias, represoras y de vigilancia como las representadas en la novela. Un ejemplo claro de observación en la ciudad son las cámaras de seguridad ubicadas en diferentes lugares, ya no sólo bastaba con incorporar cámaras en los lugares de trabajo, escuelas, facultades, sino que ahora ya se encuentran en los “espacios públicos” de Posadas.
En términos de Vicente Verdú nos plantea los avances técnicos, unidos a otros avances de la actual tecnología, nos arrastra a una sociedad donde, nadie tenga la posibilidad de ocultarse” el autor denominó la “sociedad transparente”.

No solamente es una realidad que en la actual sociedad los avances técnicos lleven a controlar y obtener abundante información de cada persona al instante y con un sólo click, sino que, en contraposición a esa realidad, también el exceso indiscriminado de información se traduce en caótica desinformación, y en un encubierto adoctrinamiento de masas desintegrándose de esta manera la libertad de expresión. A esto se le suman los lugares de encierro de la sociedad, Foucault afirma que el individuo no deja de pasar de un espacio cerrado a otro y que proceden a la organización de los grandes espacios de encierro como  la escuela, la fábrica, el hospital, etc. En las sociedades de control, lo esencial es una contraseña, mientras que las sociedades disciplinarias son reglamentadas por consignas. A su vez, las sociedades de control operan sobre máquinas informáticas y gracias al capitalismo como concentración para la producción, y de propiedad instituye la fábrica en lugar de encierro, y el capitalista el dueño de los medios de producción. Se crean entonces instituciones supranacionales vacías de contenido democrático.

En sí parece ser que tanto el crecimiento de las sociedades antes libres y ahora oprimidas por el control, como las nuevas tecnologías, fueron creadas y manipuladas en la actualidad para vigilar y tener dominada a la gente,  alienando de esta manera al hombre que pasa de ser sujeto a objeto y que vive (vivimos) bajo una utopía de libertad. Pero no hay que desesperarse... también el uso y manejo adecuado de la tecnología sirve para colaborar con el hombre en su beneficio y expansión tecnológica sin necesidad de dañar la vida. Es el caso de Misiones Software Libre(Mi.So.L) movimiento informático que comenzó a gestarse hace aproximadamente 7 años, integrada por aficionados residentes sólo de la Provincia de Misiones en un primer momento, quienes se reunían con frecuencia vía on line a compartir diversos conocimientos y distintas tecnologías. Más adelante se amplió la red que fue diversificándose en todo el mundo. Actualmente esta red cuenta con más de 700 miembros activos distribuidos en diferentes puntos del globo.
Dicho movimiento llevó articular las ideas de Richard Stallman (creador del movimiento de software libre en el mundo), y adaptarlas a la realidad misionera con lo que respecta a la  utilización y manejo de la tecnología y cómo se priva y monopoliza el conocimiento por las diferentes corporaciones a través del beneficio de la ley de copyright (derecho de copia).
Esta ley se afianzó con el desarrollo del software, mezclando el derecho de autor con el derecho de copia sin marcar la diferencia. A su vez los grupos monopólicos como Microsoft y Apple buscan que los usuarios sean meramente clientes consumidores.
Misiones Software Libre también comienza aplicar en la provincia el nuevo tipo de patente denominado copyleft (izquierdo de copia), tiene como principal objetivo compartir, distribuir mejorar el software sin necesidad de aceptar normas de registro, tal como comenzaron hacer varios años atrás sus precursores. Permitiendo al usuario la libertad para usar un programa disponible para uso comercial, desarrollo comercial y distribución comercial.
Sin embargo existen ciertos tipos de reglas sobre la manera de distribuir software libre, mientras no entren en conflicto con las libertades centrales del  copyleft. Esto es tanto a nivel internacional, como nacional y provincial.

El proyecto a futuro de Mi.So.L tiene como principal objetivo tener una Personaría Jurídica, ya que aún se manejan vía on line trabajando y creando diferentes software, por lo cual buscan estar respaldados legalmente.

Es así como podemos reflexionar acerca de la utilización de la tecnología a través de diferentes ejemplos, se muestra la dualidad que posee ese uso de la tecnología, y su maleable adaptación tanto a formas creativas de aplicación como el caso del software libre, como así también formas opresivas como las cámaras de seguridad o los ejemplos de la novela. Por tanto, socialmente no estamos afuera de sufrir algún tipo de control ya sea en los lugares de encierro o fuera de ellos…pero lo importante es reflexionar acerca de la posición en la que me voy a ubicar cada vez que hago uso de la dócil tecnología en esta sociedad globalizada a la cual no podemos escapar. Estás a un click de posesionarte del lado del control o del lado de la libertad.

Ojeda Diana Francisca.

Bonus:
ü      Entrevista a Richard Stallman en Buenos Aires (creador del Software Libre). http://www.youtube.com/watch?v=Mc7-9_-KxNI

Bibliografía:
ü      George Orwell: “1984”.
ü      Michel Foucault : “ Vigilar y Castigar”
ü      Gilles Deleuze: “Posdata sobre la Sociedad de Control”.
ü      Vicente Verdú: “La Sociedad Transparente”.

domingo, 28 de noviembre de 2010

 
El Control ¿en tus propias manos?                                           


Hace un tiempo pasaba frente a un supermercado con una amiga, en un momento ella me dice –acomódate el cabello- y yo le contesté -¿por qué?-porque hay una cámara enfrente- me dijo. Este dialogo lo tomé como una simple charla y le di poca importancia, pero recuerdo que me acomodé lo mas disimulado posible mi cabellera al pasar frente a la cámara que lo mire de reojo, mi amiga en cambio saludo al aparato que se distinguía por la luz roja que titilaba en una esquina en la parte superior del techo. Este episodio solo lo recuerdo como una anécdota, pero quizás sea ovillo de un análisis sobre vigilancia y cámaras de seguridad.
Para adentrarnos en el tema, es importante mencionar algunos conceptos sobre lo que es la vigilancia. Según Michel Foucault, “ha habido, en el curso de la edad clásica, todo un descubrimiento del cuerpo como objeto y blanco de poder... al cuerpo que se manipula, al que se da forma, que se educa, que obedece, que responde que se vuelve hábil o cuyas fuerzas se manipulan... es un cuerpo que puede ser sometido, que puede ser utilizado, transformado y perfeccionado.”  ¿Que quiere decirnos el autor con todo esto? El hombre social moderno esta sometido a un sin fin de mecanismos de dominación y  de poder, que se muestra de un modo muy sutil y casi desapercibido.
Michel Foucault, plantea que esos mecanismos casi inocentes de poder son las instituciones, por ejemplo, las familiares, escolares, de trabajo. Es decir el hombre es sometido a obedecer cánones reglas donde su “cuerpo” es formado del modo en que supuestamente la persona debe “ser”. Es así que desde que nacemos somos moldeados para ser parte de la sociedad. Por ejemplo, nos dicen a una determinada edad, cinco años, tenemos que ir al preescolar después a la escuela primaria, luego al secundario y por ultimo formarte en una profesión u oficio, de otro modo sos un vago que no sirve para nada. De otro modo, estas fuera de todo lo que “el gran hermano” manda.
En este sentido, el gran hermano seria el modelo de sociedad en la cual vivimos, sociedad que en apariencia tiene todas las características de una sociedad libre y democrática. Pero que esta bajo infinitos mecanismos de control y de disciplinas que según palabras de Foucault describe, “el individuo es sin duda un átomo ficticio de una representación ‘ideológica’ de la sociedad, pero es también una realidad fabricada por esa tecnología especifica de poder que se llama disciplina” de este modo Foucault también nos dice que la disciplina es una tecnología igual como las tantas otras que la inteligencia del hombre ideó, para dar algunos ejemplos de ello, la imprenta, la computadora, el Internet.
Siguiendo con este pensamiento, se pude decir que somos sujetos sumamente disciplinados, porque vivimos en una estructura social, sostenida por lo que se llama cultura[1]. Ahora bien, con todos los avances tecnológicos y pensando que la sociedad también es una tecnología, y que el hombre es reconocido como hombre maquina, ¿por qué somos vigilados por cámaras de seguridad? ¿Qué sentido tiene? ¿Por qué existen en diferentes partes de la ciudad cámaras de seguridad? Haciendo una analogía con los ordenadores se podría decir que las cámaras son como una especie de antivirus de las maquinas, esto es bastante absurdo, pero bueno trataremos de analizar en mas profundidad.
En los últimos años en nuestra ciudad (Posadas), han aparecido en diferentes sectores o establecimientos, cámaras de seguridad, los lugares mas frecuentes son el los estacionamientos de autos de los supermercados, dentro de los supermercados, locales comerciales, también exciten en otros lugares como ser los de la administración publica, Palacio de Justicia, Juzgados, Municipalidad, Casa de Gobierno, etc. También se suele observar cámaras de seguridad en hoteles, bares, cajeros automáticos y mas recientemente en Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones, es decir ya casi no quedan zonas donde no aparezcan las camaritas que nos observan cual si fueran los ojos del Gran Hermano descriptos en la novela de 1984 de Orwell.
Según otro autor Gilles Deluze, dice que la sociedad de la disciplina que tanto se esmero en estudiar Michel Foucault, entro en crisis después de la segunda guerra mundial este autor dice “estamos en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro: prisión, hospital, fabrica, escuela, familia...son las sociedades del control las que están reemplazando a las sociedades disciplinarias...control es el nombre que Burroughs propone para designar al nuevo monstruo que Foucault reconocía como nuestro futuro próximo”.Esta crisis que describe el autor son los cambios en el modo de vivir y de manejo de la sociedad, en la era de la informática y del Internet, todo debe ser controlado, las personas, lo que hace, a que se dedica, su número de cuenta, cuantas transacciones de dinero hace por día, su llamadas por celular, los mensajes que envía vía sms, vía mail, sus sitios y redes sociales, todo esta vigilado aunque pensemos que podemos tener un poco de privacidad e intimidad, aunque nuestras charlas sean inofensivas y nada mas sea de cosas relacionadas con el trabajo, estudio o de nuestra vida cotidiana contada  a algún amigo que esta del otro lado del océano vía mail, todo es controlado y vigilado. Nada escapa al gran controlador.
El concepto de privacidad ha quedado en crisis, las calles ya no son seguras, aunque nos digan que las cámaras no dan seguridad, nuestra libertad esta siendo vulnerable ante esas maquinitas con luces rojas que titilan cual si fueran pestañeos de alguna persona. Esta claro que la delincuencia, se ha acrecentado mucho en los últimos años, pero no debemos olvidar que la delincuencia es un problema de la desigualdad que existe en la sociedad, de generaciones de familias que han pasado por crisis de desempleos, por ende de exclusión social.
Pensándolo de este modo, ¿qué significado tienen las cámaras de seguridad? ¿Qué es estar seguro? ¿De qué? ¿De quienes? En siglos pasados el control se daba a través de la disciplina, y se castigaba en las plazas publicas a las personas que cometían un delitos como, robo, asesinato, desacato ante las reglas del la corona y del rey, desacato ante los dogmas d la iglesia, era delito dejar de pagar los impuestos, y muchas cosas mas. El modus operando era el espectáculo, la ejecución, el castigo ante todo el pueblo, era la manera de educar y de imponer miedo a las personas.
Como se mencionó antes después los mecanismos de control fueron las instituciones, entidades disciplinarias. En los tiempos que corren, el modo de control es diferente, los de antes en las sociedades disciplinarias, es decir los encierros, son  moldes módulos distintos, ahora los controles son modulaciones, como un molde auto deformante que cambiaria continuamente, de un momento a otro, como un tamiz cuya malla cambiaria de un punto a otro...en una sociedad del control la empresa ha reemplazado a la fabrica, y la empresa es un alma, por ejemplo si los juegos televisivos mas idiotas tienen tanto éxito es porque expresan adecuadamente la situación de la empresa [2] 
En las sociedades del control, las cámaras de vigilancia tiene el papal de controlar a cualquier intruso o sospechoso, porque es importante cuidarse de los malhechores, tras cualquier circunstancia todo esta registrado no hay modo de escapar del ojo que nos agobia y priva de nuestra libertad, la libertad que tenemos todos de andar por la vida sin que nadie nos observé, que nuestro paso por cualquier institución sea netamente libre. Pero eso si. Estamos en democracia y en las escuela no hablan de las grandes luchas sociales y los grandes logros de la revolución francesa como hito de la democracia con sus máximas de Igualdad, Libertad y fraternidad.
 A mi entender estas palabras con gran cara ideológica quedan muy pequeñas ante la realidad. Una realidad que tiene como mínimo ejemplo, las cámaras de vigilancia que se encuentran ubicadas en diferentes puntos de la cuidad y hasta en la Facultad de Humanidades, donde es la casa de estudios que debería defender la libertad del hombre desde la razón y los conocimientos, pero bueno la inseguridad ha acaparado todo y nada escapa a la delincuencia, con la excusa de la delincuencia y la inseguridad, que tiene como mayor difusor los medios audiovisuales, el dueño del supermercado, la facultad, los organismos gubernamentales, tienen derecho a observarnos a la hora que quieran, como quieran, dejando de lado y así vapuleados nuestros derechos de libertad.
Se vine al caso mencionar parte de una novela de ficción bastante ilustrativa para graficar más o menos lo que nos ocurre, la novela es de George Orwell llamado 1984
En una supuesta sociedad policial, el estado ha conseguido el control total sobre el individuo. No existe siquiera un resquicio para la intimidad personal: el sexo es un crimen, las emociones están prohibidas, la adoración al sistema es la condición para seguir vivo. La Policía del Pensamiento se encargará de torturar hasta la muerte a los conspiradores, aunque para ello sea necesario acusar a inocentes. Winston y Julia, a pesar de ser miembros del Partido y sabiendo que el Gran Hermano les vigila, se rebelan contra ese poder que se ha adueñado de las conciencias de sus conciudadanos. El camino que seguirán se convertirá en un peligroso laberinto hacia un final incierto.

La novela cuenta la historia de un hombre que vive en una sociedad de autoritarismo, donde todo siendo observado por el Gran Hermano, en toda la cuidad están puestas cámaras de vigilancia, hasta adentro de las casas, la ciudad esta llena de tele-pantallas, hay momentos en que las personas están obligados a observar las pantallas y repetir lo que se ve en ella, también en estas tele-pantallas, a veces se ven ejecuciones de “enemigos” que intentan traicionar al sistema, en la ciudad existe todo un itinerario, de levantarse hacer ejercicio, comer a un horario, esta prohibido leer y escribir y así un montón de cosas mas.
Esta novela aunque sea de ciencia ficción, no deja de tener semejanza con la realidad, porque a pesar de que no hay tele-pantalla que nos dirijan que hacer, existen las publicidades comerciales de los productos que nos instan a comprar un producto determinado para poder lograr ser flacos/as, exitosos con las mujeres/hombres, como tener mas amigos por tener una compañía de telefonía celular,  ser mejor madre si se usa un tipo de jabón en polvo, y un montón de ejemplos mas. Gilles Deleuze plantea sobre esto “el marketing es ahora el instrumento de control social, y forma la raza impúdica de nuestros amos. El control es a corto plazo y de rotación rápida, pero también continuo e ilimitado, mientras que la disciplina era de larga duración, infinita y discontinua. El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre endeudado”.
En cuanto a las cámaras que nos observan en los centros comerciales o Universidades y muchos otros lugares, observando todo el análisis realizado hasta ahora se puede decir que es solo una breve e ínfima parte del control social, tal como lo afirma Deleuze ”las viejas sociedades de soberanía manejaban maquinas simples, palancas, poleas, relojes; pero las sociedades disciplinarias recientes se equipaban con maquinas energéticas, con el peligro pasivo de la entropía y el peligro activo del sabotaje; las sociedades de control operan sobre maquinas de tercer tipo, maquinas informáticas y ordenadores”  Es así que, todo en estos tiempos esta controlado y pensar que nos horrorizamos cuando vemos por la televisión a sociedades sometidas por regímenes totalitarios y nos admiramos de las crueldades que se comenten, sin embargo, a pesar de podemos andar “libres” por las calles elegir –cuando alcanza el dinero- lo que vamos a almorzar, seguimos siendo prisioneros de nuestra libertad, estamos muy lejos de los ideales de la Revolución Francesa. No dejamos de ser observados y controlados lo interesante seria ver el modo de dar la pulseada a la situación, lo primero es tomar conciencia, y lo que sigue invito a los lectores a pensar que pasos hay que seguir.   

Amarilla Maria Gloria.    
 
  Bibliografía
* Foucault, Michel “Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión”. Ed. Siglo XXI México 1998.
*Gilles Deleuze: Posdata sobre las sociedades del control -Un texto corto, pero esencial, del pensador Francés-
            *Virilio Paúl. “La bomba Informática” Ed. Cátedra Madrid 1999.
*Verdú, Vicente “La Sociedad Transparente

Seminario: Comunicación Tecnología y Poder.
Profesora a cargo: Tania Piris Da Motta.
Universidad Nacional de Misiones.
Facultada de Humanidades y Ciencias Sociales.
Tecnicatura en Comunicación Social.


[1] Cultura, conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan a una sociedad o grupo social en un periodo determinado. El término ‘cultura’ engloba además modos de vida, ceremonias, arte, invenciones, tecnología, sistemas de valores, derechos fundamentales del ser humano, tradiciones y creencias.

[2] Gilles Deleuze: Posdata sobre la sociedades del control

viernes, 26 de noviembre de 2010

Historia en Libria



“En los primeros años del siglo XXI la Tercer Guerra Mundial había estallado. Aquellos que sobrevivimos sabemos que la humanidad jamás podría soportar una cuarta. Que nuestra propia naturaleza simplemente, no se podía poner más en riesgo. Entonces creamos un nuevo brazo de la ley el Clérigo Grammaton, nuestra tarea era buscar y erradicar la verdadera fuente de inhumanidad hacia el hombre su habilidad de sentir.”[1]



 Con esta introducción acompañada de imágenes de guerra, exlíderes mundiales y la escena de un edificio abandonado donde un grupo de personas se oculta con un motín de obras de arte comienza Equilibrium[2].
Este film narra la vida en ese futuro de postguerra, donde los sentimientos son el enemigo del hombre, las artes, pintura, música o literatura son objetos que deben destruirse por fomentar la expresión de las pasiones, las emociones han quedado suprimidas por una droga sintética llamada “prozium” consumida a diario por todos los habitantes de Libria, la ciudad central construida como un imponente monstruo gris.
Este estado se halla regido por el control de un único líder central conocido como El Padre, y un consejo de patriarcas que lo representan. 
 John Preston (representado por Christian Bale), es un clérigo Grammaton, se encuentra al frente de una unidad de vigilancia y control conocida como el Tetragrammaton, donde todos los clérigos son formados desde su niñez en el Gun Kata, un arte marcial especial que combina combate cuerpo a cuerpo con el uso de armas de fuego.
Pero como diría Foucault “donde hay poder hay resistencia”[3], por lo cual el principal objetivo del Tetragrammaton es capturar a los “ofensores del sentido” -quienes dejan de tomar sus dosis de prozium y deciden tener emociones libres. Los rebeldes capturados son castigados con la pena de muerte, siendo incinerados como en una caza de brujas.
El conflicto de la trama comienza cuando Partridge, el compañero de vigilancia de Preston, deja de tomar su dosis y comienza a sentir. Ante esto Preston sale a su búsqueda y lo encuentra en una vieja iglesia abandonada sentado y leyendo un libro, robado de los ofensores. Al no poder comprender las razones de su compañero Preston intenta razonar con el:

Preston: No hay guerra. No hay asesinatos.
Partridge: ¿Y qué piensas que hacemos?
Preston: No, tú has estado conmigo, tú has visto cómo pueden ser, la envidia, la rabia.
Partridge: Un alto coste. Yo lo pagaré gustoso.

Luego de este diálogo ambos toman sus armas, Partridge se cubre el rostro con el libro y Preston dispara a su frente. Después del incidente, de regreso a su casa, donde vive con sus dos hijos, el clérigo comienza a recordar el apresamiento de su esposa por dejar la droga y su incineración. Al día siguiente (primero por accidente) deja de consumir la droga, y comienza su búsqueda de la resistencia.
En la película basada principalmente en la novela 1984[4] de George Orwell plantea varias semejanzas en su representación de una sociedad controlada por un régimen estricto y opresor donde los habitantes se ven sumergidos en la utopía de un líder autoritario.
Los ciudadanos de Libria siguen las órdenes de un único hombre al que reconocen como Padre, en 1984 tenemos al Gran Hermano.
 “La primera de las grandes operaciones de la disciplina es pues la constitución de “cuadros vivos” que transforman las multitudes confusas, inútiles o peligrosas, en multiplicidades ordenadas.”[5] Podemos ver en varias escenas de la película el estricto uso de uniformes para cada labor y cada puesto en la organización de la ciudad, y como la multitud se distribuye en formando perfectas escuadras y marchan en forma conjunta al trabajo como robots programados para cumplir con una función determinada. 



La propaganda repetitiva se encuentra en todas partes, desde que despiertan por la voz de un altoparlante que sobrevuela la ciudad en Zeppelin, o en grandes telepantallas con el rostro vigilante del líder aparece por toda la ciudad dando un discurso[6] paternal y persuasivo acerca de lo bueno que es contar con la “salvación” del prozium, imágenes de guerras del pasado, muertes, enfrentamientos y dictadores. 



En una sala llena de computadoras y pantallas varios sujetos sentados codo a codo se ocupan de pregonar los videos con discursos del El Padre a la población, la información[7] no pasa a ser más que propaganda que se repite incesantemente a la multitud.
También como en 1984 las personas reciben una formación basada en las normas establecidas por el líder y su consejo. Los niños del clérigo Preston parecen  y  recuerdan a los hijos de Parsons, del vecino Winston –el protagonista de 1984.
El control de la disciplina de los habitantes se encuentra en todos los ámbitos de sus vidas. Michel Foucault describe a las disciplinas como “métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad”[8].
Los chicos nacen dentro de estas sociedades estructuradas y van pasando por sus diferentes etapas de integración. “Los encierros son moldes, módulos distintos, pero los controles son modulaciones, como un molde autodeformante que cambiaría continuamente, de un momento al otro, o como un tamiz cuya malla cambiaría de un punto al otro.”[9] Así es como en las sociedades planteadas en ambas ficciones[10] vemos que desde temprana edad los individuos son sometidos a un moldeamiento de su conducta y orientados en sus tareas.
Algo que también podemos ver en nuestras sociedades pero de forma más sutil, ya que no nos encontramos bajo la mirada vigilante de un líder opresor.
Las disciplinas actualmente se ocupan de mantener en cierta forma la armonía de la estructura social, de velar por el mantenimiento de la modelo, de controlar sin imponer. Ocurre un traspaso de sociedades disciplinarias a sociedades de control.
Ya lo escribió Gilles Deleuze: “No es necesaria la ciencia ficción para concebir un mecanismo de control que señale a cada instante la posición de un elemento en un lugar abierto, animal en una reserva, hombre en una empresa (collar electrónico).”[11]



Bibliografía:
Deleuze, Gilles. Posdata sobre las Sociedades de Control.

Foucault, Michel. Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos Aires, Siglo XXI editores. Año 2002

Orwell, George. 1984. (1949). Uruguay. Año 2005


[3] Michel Foucault, Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión,  Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2002.
[5] Michel Foucault, Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión,  Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2002.

[6] “Libria, le felicito. Al fin la paz reina en el corazón de hombre. En la última guerra es sólo una palabra cuyo significado se descolora de nuestra comprensión. Por fin, somos enteros. Librianos, hay una enfermedad en el corazón de hombre. Su síntoma es el odio. Su síntoma es la cólera. Su síntoma es la rabia. Su síntoma es la guerra. La enfermedad es la emoción humana. Pero Libria, le felicito, hay una cura para esta enfermedad. A costa de los máximos de la enferma emoción humana, hemos suprimido sus mugidos abismales. Y ustedes, como una sociedad, ha abrazado esta cura. Prozium. Ahora estamos en la paz con nosotros y la clase humana. La guerra se ha ido. El odio, una memoria. Somos nuestra propia conciencia ahora, y esto es esta conciencia que nos dirige a la dosis de CE 10, para el contenido emocional, todas aquellas cosas que podrían tentarnos sentir, otra vez, y destruirlos. Librianos, ustedes han ganado. Aunque parezca increíble, y a su propia naturaleza. Usted, ha sobrevivido. " Discurso de las telepantallas.
[7] En 1984 el protagonista trabaja en el Ministerio de la verdad, uno de los tantos encargados de mantener la imagen del partido. Allí se ocupa de manipular o destruir documentos de todo tipo controlando así la información que circula en las calles. Fragmento: “Winston pidió por la telepantalla los números necesarios del Times, que le llegaron por el tubo neumático pocos minutos después. Los mensajes que había recibido se referían a artículos o noticias que por una u otra razón era necesario cambiar, o, como se decía oficialmente, rectificar. Por ejernplo, en el número del Times correspondiente al 17 de marzo se decía que el Gran Hermano, en su discurso del día anterior, había predicho que el frente de la India Meridional seguiría en calma, pero que, en cambio, se desencadenaría una ofensiva eurasiática muy pronto en África del Norte. Como quiera que el alto mando de Eurasia había iniciado su ofensiva en la India del Sur y había dejado tranquila al África del Norte, era por tanto necesario escribir un nuevo párrafo del discurso del Gran Hermano, con objeto de hacerle predecir lo que había ocurrido efectivamente”.
George Orwell, 1984. Pág. 37

[8] Michel Foucault, Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión,  Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2002.
[9] Gilles Deleuze, Posdata sobre las sociedades de control
[10] Otras obras que tratan el tema de sociedades de control o de sometimientos de los individuos hacia ciertas normas son: “Un Mundo Feliz” de Aldous Huxley, “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury, “La Naranja Mecánica” de Anthony Burgess, “Metropolis” de Fritz Lang, “THX 1138” de George Lucas, “Matrix” de los hermanos Wachowsky, “V for Vendetta” de James McTeigue (film).
[11]Gilles Deleuze, Posdata sobre las sociedades de control.

Daniela Storti
 

“No hay hechos, hay interpretaciones” Friedrich Nietzsche

UNaM

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales

Licenciatura y Tecnicatura en Comunicación Social

Seminario: Tecnología, Comunicación y Poder

Año: 2010


  Parcial Domiciliario Nº 2

Fecha de entrega 26/11/2010

Profesora: Tania Piris Da Motta

Alumno: Hernando Jorge Eduardo


Consignas:

Elegir un tema específico
Redactar un ensayo académico sobre el tema elegido, aplicando herramientas teórico-conceptuales de los autores estudiados, (Foucault, Deleze, Verdú),  estableciendo relaciones con “1984” de George Orwell.

“No hay hechos, hay interpretaciones” Friedrich Nietzsche

Fiedrich Nietzsche alguna vez sentenció “Dios ha muerto”, siguiendo de manera paralela  este pensamiento Michel Foucault  en su libro “Las Palabras y las Cosas” va a decir: “Si Dios ha Muerto ahora  ha Muerto El Hombre”.
Lo que se propone Foucault matando al hombre es salir de la centralidad del sujeto como punto de partida epistemológico para  ponerlo dentro de la estructura que lo sujeta. Dentro del pensamiento estructuralista, el sujeto no está en el centro ni domina la realidad. Sino que todo lo contrario, se lo sitúa en alguna parte de la trama histórica, pero no es un sujeto constituyente de la realidad, sino que es un sujeto constituído por las relaciones dentro de la estructura. Puedo observar un procedimiento teórico similar en la realización de George Orwell, en su ficción 1984 donde  Winston, el protagonista en la novela,  podría ser el sujeto del que nos habla Foulcault, en este caso constituido por las relaciones que se dan dentro de una “poderosa” estructura sujetadora totalitaria del Gran Hermano.
  Foucault seguirá su desarrollo teórico en dos libros posteriores consecutivos “Historia de la Locura en la época clásica”  y “Vigilar y Castigar” donde a partir de la observación de  instituciones de encierro por excelencia (Cárceles y Manicomios) realiza un análisis de la construcción y automatización del poder . En lo que él va a denominar “Sociedades Disciplinares”.  Foucault dirá “Donde hay poder hay resistencia al poder”. Por lo tanto una característica de las “Sociedades Disciplinares” es la existencia instituciones de control, vigilancia de la disciplina e instituciones que castigan con encierro,  (de límites más o menos flexibles), destinadas para quienes se resistan a ser disciplinados, para quienes se muestren diferentes al orden que la estructura entiende como el adecuado.
Foulcault afirma que la sociedad disciplinar es instrumentalmente racional para poder dominar a los hombres. Para la razón es fundamental apartar su mayor cuestionamiento: la locura (La negación de la razón) y apartada ésta lograr su propia afirmación. Es preciso además evidenciar que es   la misma estructura la que la que contruye dicha  categoría y decidirá de manera tecnocrática a quien encerrar en el manicomio.
Por otro lado Foulcault  visualiza instrumentos de vigilancia orientados sobre la sociedad civil para controlar y mantener la disciplina de la misma. Donde cualquiera que represente desorden pueda ser localizado y castigado apartándolo en una institución reclusoria para ser nuevamente redisciplinado.
Y lo diría de esta manera: “El ejercicio de la disciplina supone un dispositivo que coacciona por el juego de la mirada…. Lentamente, en el transcurso de la época clásica, vemos construirse esos “observatorios “ de la multiplicidad humana… ha habido las pequeñas técnicas de la vigilancias mútliples y entrecruzadas, unas miradas que deben ver sin ser vistas; un arte oscuro de la luz y de lo visible ha preparado en sordina un saber nuevo sobre el hombre, a través de las técnicas para sojuzgarlo y de los procedimientos para utilizarlo” (pp.175-176)
Para ello Michel Foucault explica el modo de operar de un dispositivo de vigilancia llamado Panóptico, diseñado y utilizado en las cárceles. El Panóptico no es más que una torre central de vigilancia que se eleva por encima de la estructura arquitectónica carcelaria permitiendo desde allí tener una visión panorámica de 360 grados. Hace incapié en que desde allí uno puede ver todo sin ser visto. De esta manera introduce la concepción del  “Panoptismo” y explica a partir de ella un estado de vigilancia histórica que ejerce el poder sobre la sociedad civil. 
“La visibilidad es una trampa” “Es visto, pero él no ve; objeto de una información, jamás sujeto en una comunicación” (p. 204).
“De ahí el efecto mayor del panóptico: inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder” (p. 204).
“Que la perfección del poder tienda a volver inútil la actualidad de su ejercicio, que este aparato arquitectónico sea una máquina de crear y de sostener una relación de poder independiente de aquel que lo ejerce…” (p. 204)
En la ficción que escribe George Orwell titulada “1984” nos relata como Winston, nuestro sujeto dentro de la estructura,  vivía una distopía en el Estado del Gran Hermano. 
Así a la espalda de Winston, la voz de la telepantalla seguía murmurando datos sobre el hierro y
el cumplimiento del noveno Plan Trienal. La telepantalla recibía y transmitía simultáneamente.
Cualquier sonido que hiciera Winston superior a un susurro, era captado por el aparato. Además,
mientras permaneciera dentro del radio de visión de la placa de metal, podía ser visto a la vez que
oído. Por supuesto, no había manera de saber si le contemplaban a uno en un momento dado. Lo
único posible era figurarse la frecuencia y el plan que empleaba la Policía del Pensamiento para
controlar un hilo privado. Incluso se concebía que los vigilaran a todos a la vez. Pero, desde luego,
podían intervenir la línea de usted cada vez que se les antojara. Tenía usted que vivir —y en esto el
hábito se convertía en un instinto— con la seguridad de que cualquier sonido emitido por usted
sería registrado y escuchado por alguien y que, excepto en la oscuridad, todos sus movimientos
serían observados.
Las detenciones ocurrían invariablemente por la noche. Se despertaba uno sobresaltado
porque una mano le sacudía a uno el hombro, una linterna le enfocaba los ojos y un círculo de
sombríos rostros aparecía en torno al lecho. En la mayoría de los casos no había proceso alguno ni
se daba cuenta oficialmente de la detención. La gente desaparecía sencillamente y siempre durante
la noche. El nombre del individuo en cuestión desaparecía de los registros, se borraba de todas
partes toda referencia a lo que hubiera hecho y su paso por la vida quedaba totalmente anulado
como si jamás hubiera existido. Para esto se empleaba la palabra vaporizado.
Pero lo que de pronto sobresaltó a Winston, al pensar luego en lo que
había soñado, fue que la muerte de su madre, ocurrida treinta años antes, había sido trágica y
dolorosa de un modo que ya no era posible. Pensó que la tragedia pertenecía a los tiempos antiguos
y que sólo podía concebirse en una época en que había aún intimidad —vida privada, amor y
amistad— y en que los miembros de una familia permanecían juntos sin necesidad de tener una
razón especial para ello. (…)Lo que ahora había era miedo, odio y dolor físico, pero no emociones dignas ni penas profundas y complejas.

Siguiendo la concepción teórica que desarrolla de Michel Foucault en su libro “Crimen y Castigo” podemos decir acerca de la situación que estaba viviendo Winston que de alguna manera en los estados de control y vigilancia donde  opera el “Panoptismo” evidencia un proceso de cosificación de las personas. En este  estado deja de existir el Ser Humano,. Ya que la institución que vigila deja de ver personas para ver cosas disciplinadas, cosas que están para ser vistas y pero que al mismo tiempo no están para ver. El hombre vigilado de alguna manera muere para transformarse en una cosa, en información.
“Si la explotación económica separa la fuerza y el producto del trabajo, digamos que la coerción disciplinaria establece en el cuerpo el vínculo de coacción entre una aptitud aumentada y una dominación acrecentada.” (p. 142)
“Pequeños ardides dotados de un gran poder de difusión, acondicionamientos sutiles, de apariencia inocente, pero en extremo sospechosos, dispositivos que obedecen a inconfesables economías, o que persiguen coerciones sin grandeza, son ellos los que han provocado la mutación del régimen punitivo…”  “Ardides, menos de la gran razón que trabaja hasta en su sueño y da sentido a lo insignificante, que de la atenta “malevolencia” que todo lo aprovecha”. (pp. 142-143)
 “El dispositivo disciplinario estará democráticamente controlado, ya que será accesible sin cesar al “gran comité del tribunal del mundo”” (p. 210).
“… con el panoptismo, tenemos la disciplina-mecanismo: un dispositivo funcional que debe mejorar el ejercicio del poder volviéndolo más rápido, más ligero, más eficaz, un diseño de las coerciones sutiles para una sociedad futura” (p. 212). “
…el poder debía ser visible e inverificable” (p. 205).
“Nuestra sociedad no es la del espectáculo, sino la de la vigilancia” (p.220). “No estamos ni sobre las gradas ni sobre la escena, sino en la máquina panóptica, dominados por sus efectos de poder que prolongamos nosotros mismos, ya que somos uno de sus engranajes” (p. 220).
“Las Luces, que han descubierto las libertades, inventaron también las disciplinas” (p. 220)
Lo que nos está diciendo Foucault es que la Razón del Iluminismo no ha creado las Ciencias Sociales  para saber y conocer acerca del hombre sino que para poder saber dominarlo con esto concluye que la disciplina es un contra-derecho.
Por ejemplo, en este momento, en 1984 (si es que efectivamente era 1984), Oceanía estaba en
guerra con Eurasia y era aliada de Asia Oriental. En ningún discurso público ni conversación
privada se admitía que estas tres potencias se hubieran hallado alguna vez en distinta posición cada
una respecto a las otras. Winston sabía muy bien que, hacia sólo cuatro años, Oceanía había estado
en guerra contra Asia Orienta] y aliada con Eurasia. Pero aquello era sólo un conocimiento furtivo
que él tenía porque su memoria «fallaba» mucho, es decir, no estaba lo suficientemente controlada.
(…)
El Partido dijo que Oceanía nunca había sido aliada de Eurasia. Él, Winston Smith, sabía que
Oceanía había estado aliada con Eurasia cuatro años antes. Pero, ¿dónde constaba ese
conocimiento? Sólo en su propia conciencia, la cual, en todo caso, iba a ser aniquilada muy pronto.
Y si todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían lo
mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad. «El que controla el
pasado —decía el slogan del Partido—, controla también el futuro. El que controla el presente,
controla el pasado.» Y, sin embargo, el pasado, alterable por su misma naturaleza, nunca había sido
alterado. Todo lo que ahora era verdad, había sido verdad eternamente y lo seguiría siendo. Era muy
sencillo. Lo único que se necesitaba era una interminable serie de victorias que cada persona debía
lograr sobre su propia memoria. A esto le llamaban «control de la realidad». Pero en neolengua
había una palabra especial para ello: doblepensar.
Winston pidió por la telepantalla los números necesarios del Times, que le llegaron por el tubo
neumático pocos minutos después. Los mensajes que había recibido se referían a artículos o noticias que por una u otra razón era necesario cambiar, o, como se decía oficialmente, rectificar. Por ejernplo, en el número del Times correspondiente al 17 de marzo se decía que el Gran Hermano, en su discurso del día anterior, había predicho que el frente de la India Meridional seguiría en calma, pero que, en cambio, se desencadenaría una ofensiva eurasiática muy pronto en África del Norte. Como quiera que el alto mando de Eurasia había iniciado su ofensiva en la India del Sur y había dejado tranquila al África del Norte, era por tanto necesario escribir un nuevo párrafo del discurso del Gran Hermano, con objeto de hacerle predecir lo que había ocurrido efectivamente.
 
Conclusión:

“Donde hay poder hay resistencia al poder” ¿Pero me pregunto como resistir al poder?; Ya hacia el final de su carrera  Michel Foucault  coincidiendo de alguna manera con la idea de Jean Paul Sartre, de que el Hombre bajo ninguna circunstancia deja de ser libre nunca,  va a decir que la resistencia es inexplicable. A mí en lo particular me gusta pensar teniendo en cuenta la idea de estos dos autores que es el torturado y no el torturador el que decide cuando no da más.
Después de todo: “No hay hechos, hay interpretaciones”  Friedrich Nietzsche.








Biblibliografía: 

1984 de G. Orwell Ed. Destino; Españo SA de CV. 1949

Michel Foucault, Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión,  Buenos Aires, Siblo XXI Editores Argentina, 2002

Fuentes: José Pablo Feinmann. Programa de televisivo. “Filosofía Aquí y Ahora”. Canal Encuentro.

jueves, 25 de noviembre de 2010

CÁMARAS DE VIGILANCIA

“El ejercicio de la disciplina supone un dispositivo que coacciona por el juego de la mirada; un aparato en el que las técnicas que permiten ver, inducen efectos de poder y donde, de rechazo, los medios de coerción hacen claramente visibles aquellos sobre quienes se aplica”[1]

El “Gran Hermano” vigilará la cuidad de Posadas. Cientos de cámaras de vigilancia grabaran el día a día de los ciudadanos. Habrá en todas partes y también en plena calle. Velan por la seguridad pero se cobran un peaje muy valioso para muchos: el de la intimidad.

Este nuevo rubro de la vigilancia viene creciendo mucho en Argentina. En la capital misionera están previstas las instalaciones de dispositivos de control urbano en lugares estratégicos de la ciudad, especialmente en zonas comerciales y bancarias, además de los accesos a Posadas.
Ya se dispone de estos aparatos para controlar el tránsito y  ahora quieren instalarlos en las calles: cámaras para velar por la seguridad de los ciudadanos. Todos los movimientos de quien pasa por allí quedan grabados. Según aseguran, estos serán una importante alternativa para proteger el patrimonio de los misioneros ante actos de vandalismo.
“Mediante nuestro sistema, se pueden realizar controles de los carriles destinados a diferentes vehículos, análisis de velocidades, porcentaje de ocupación e identificación de infractores. Dentro del ámbito urbano pueden realizarse lecturas de matriculas, comparando datos como pago de patente, seguro, pedido de captura o inhibición de circulación”.[2]

En una primera etapa serán instaladas 60 cámaras y posteriormente será proyectada una ampliación que incluirá al resto de la provincia. Se pierde intimidad pero se gana en seguridad.
Desde chicos, nos enseñan como debemos comportarnos, como hay que expresarse y cuales son los buenos modales.
Mamá, lo dijo más de una: “en la mesa sentada derecha…. el codito nena, en la mesa no”  Y ahora que soy más grande lo comprendo, no era solo cuestión de ir a la mesa y comer nomás,  había una forma, las mismas formas que hacían que me comportara como debía ser… “como lo hacen las señoritas de bien” diría la abuela.
Michel Foucault lo dice más claro aun:
                                                                  “El control disciplinario no consiste simplemente en enseñar o en imponer una serie de gestos definidos; impone la mejor relación entre un gesto y la actitud global del cuerpo, que es su condición de eficacia y de rapidez. En el buen empleo del cuerpo, que permite un buen empleo del tiempo, nada debe permanecer ocioso o inútil: todo debe ser llamado a formar el soporte del acto requerido. Un cuerpo bien disciplinado forma el contexto operatorio del menor gesto.”

Entonces no es cuestión de un solo gesto es cuestión de todo el cuerpo, de toda una actitud, y si se trata de eso ¿dónde está la libertad? Si por medio de la disciplina me indican como debe ser. Hasta el tiempo ejerce control, tenemos un tiempo para hacer cada cosa, si no fuera así, los timbres y las campanas en los colegios no tendrían razón de ser. No habría un horario de entrada y un horario de salida en los trabajos.
En palabras de Foucault:
                                           El acto queda descompuesto en sus elementos; la posición del cuerpo, de los miembros, de las articulaciones se halla definida; a cada movimiento le están asignadas una dirección, una amplitud, una duración; su orden de sucesión está prescrito. El tiempo penetra el cuerpo, y con él todos los controles minuciosos del poder.

Es por eso, que los dispositivos de control urbano serán cámaras domo de día y de noche con capacidad de giro de 360º en forma horizontal y 180º en forma vertical. Serán monitoreadas por efectivos policiales  que se abocarán exclusivamente a tales labores. ¿Qué otros usos darán los servicios de inteligencia del Estado a las imágenes capturadas? Detrás de los ojos blindados que impunemente espiarán a la ciudadanía misionera, laten desconocidas amenazas a la libertad.  
“La exhibición otorga valor, una vez  que el capitalismo de ficción ha enseñado que nada logra vigencia si no llega a ser imagen. La vida privada se cotiza cada vez menos mientras el espectáculo lo es casi todo” [3]

Es cierto que nuestra sociedad esta cada vez más marcada por la tecnología y, en particular, por la tecnología informática. Se habla, se conceptualiza, se teoriza y hasta se hace apología sobre una “sociedad de la información” en la que ya estaríamos inmersos y que habría suplantado al industrialismo de la etapa capitalista anterior.  

Hoy en día, la privacidad ya no es posible porque con el mero hecho de utilizar una tarjeta de crédito ya estamos lanzando al mundo millones de datos sobre nosotros. Nuestro perfil de facebook, los teléfonos móviles con cámara, la aplicación 'street view' de Google Maps son otros de los elementos que nos exponen al mundo al provocar que miles de datos circulen sobre nosotros sin control. De este modo, tenemos un ser virtual que camina con vida propia a través de esas redes.

Partiendo de la novela “1984” de George Orwell, podemos reconocer, algo similar a lo que estamos viviendo en este siglo. Quizás, en este momento, no encontramos, a las teles pantallas, o  afiches pegados en lugares estratégicos, con la cara de una persona y que nos haga sentir que nos mira, nos vigila o simplemente nos acompaña con la mirada como que si estuviera controlando cada acto que hacemos, y donde fallamos tenemos alguien que nos hace volver al carril. La  diferencia de  ahora es que, con las nuevas tecnologías, no es necesario que haya alguien que nos controle, ahora somos nosotros quienes vamos marcando cada acto que realizamos, somos nosotros quienes comentamos nuestros pensamientos y nuestros actos.
Aun así ¿podemos decir que somos libres? Todo dependerá de cual sea la libertad aspirada. Porque el control, y más si lo pensamos en términos de Foucault está aun. Cuando decimos esto hacemos referencia a al panóptico, el mismo que se empleaban en las cárceles para controlar a los presos, donde la premisa era “controlar sin ser vistos”. En todas las instituciones ocurre esto, por que básicamente no sabemos si siempre no controlan, pero el control esta presente físico o mental. Sucede algo similar en aquellos lugares que están ambientados para recreación y dispersión de los seres humanos, ya que sabemos como comportarnos porque tienen reglas. Cada institución y/o lugar en si mismo, sin torre central incluso ejerce cierta coerción, y presupone determinada disciplina. Visible o no. Para Foucault será:
De ahí el efecto mayor del panóptico: inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder”

 En la película “1984” se refleja esta disciplina, esta forma de ser predefinida por el poder basada en la novela política de ficción, del mismo nombre, del escritor británico, George Orwell donde la sociedad de Oceanía se encuentra bajo un gobierno totalitarista, el cuál encamina los sentimientos de las personas hacia el odio al enemigo de turno y el amor al Gran Hermano. Este último vigila las acciones y pensamientos de las personas desde una tele pantalla que está ubicada en cada casa y lugar público. Desde allí el Gran Hermano todo lo sabe y todo lo ve. Sin que el resto sepa bien en que momento.
Esto no solo sucede en la novela, sino que hoy día lo vivimos constantemente, ya que siempre estamos controlados por una sociedad que determina las actitudes que debemos tomar en determinado lugar. Somos seres consientes y sabemos que en los lugares que circulamos naturalmente actuamos de forma determinada, porque si no lo hacemos así nos vendrá el castigo. De esta manera, es más simple pensar que somos dueños de cada cosa que hacemos, antes de pensar que respondemos a un todo. 

Emilia Balberán


[1] Michel Foucault- Vigilar y Castigar
[2] BELEC S.A- Presidente Luis  Zaens Peña N° 1854
[3] Vicente Verdú-La sociedad Transparente